¿Cuántas veces has creado piezas de contenido magistrales y optimizadas hasta el mínimo detalle que no se han posicionado y que ni siquiera dan señales de vida en los buscadores y mucho menos en las redes sociales? Con seguridad un montón de ocasiones. Sí, es triste para ti, lo sé, todo el tiempo dedicado a generar contenido veraz y pragmático en su esencia, pero que nadie lee, ni leerá. Sin embargo, el texto de tu competidor para dárselo a los perros, ¿cierto?
La razón es esta… Google muestra los resultados que los usuarios quieren, no los que necesitan (y tu competidor lo sabe).
La diferencia entre él y tú, es que este logra generar esa chispa visceral en su audiencia, logra generar tantas emociones que sus lectores se sienten identificados, sin importar qué tan mal escriba, si sus fuentes son fidedignas o si es un verdadero versado en la materia.
Al fin, como el mercado es el que manda tú tienes que hacer lo mismo, pero con la gran virtud de que el contenido fue escrito por alguien conocedor o entusiasta del tema y que además, se nutre de fuentes fidedignas.
¡Agita el problema, provoca emociones y genera visitas!