Sé que cuesta muchísimo utilizar técnicas para manipular las emociones de un posible prospecto, pero la realidad es que mientras no se falte a la ética y no vayamos en contra de nuestros principios de vida creo que es válido hacerlo.
Vivimos en un mundo emocional, donde cada una de nuestras decisiones está basada en la felicidad que podamos obtener de un objeto o una persona o en algunos casos, en evitar el dolor que nos podrá causar no tener acceso a algo.
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¿Recuerdas el último comercial de tu cerveza favorita?
Pongo las manos en el fuego si este no te llamó la atención por su mensaje de felicidad: disfrutar momentos agradables entre amigos luego de una ardua semana de trabajo en la oficina.
Los creativos de estas grandes agencias de publicidad lo saben. Ten por seguro que no te van a mostrar la resaca del día siguiente.
Creo que ha quedado claro mi punto con el ejemplo anterior; sin embargo, la pregunta es:
¿Puedo hacer yo lo mismo con mi pequeño negocio?
Yo diría que sí. Y ni siquiera necesitas gastar decenas de miles en anuncios publicitarios, el proceso se puede manejar a nivel micro en cada uno de los puntos de contacto que tienes con tus prospectos y clientes.
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¿Qué cuál es ese proceso?
El proceso consiste en mostrarle que con tu servicio o producto le llevarás de:
Estar triste a feliz
De tener un problema a quitárselo de encima
De tener una autoestima baja a sentirse conforme consigo
Etc…
Ahora.
¿Cuáles son esos puntos de contacto?
- Las reuniones
- Los mensajes y comentarios de tu página de fans de Facebook, Twitter, etc..
- Tu publicidad
- Una llamada telefónica
- Un correo electrónico
- Tu sitio web
¿Será 100% efectiva esta técnica?
Cada persona es distinta y seguro algunos serán más pragmáticos a la hora de tomar las decisiones de compra; sin embargo, si te tomas el tiempo de descifrar dónde está el gatillo emocional de tus clientes, saldrás ganando.
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